Nuevas formas de enseñar y aprender .

Cómo pueden influir las ciudades en el aprendizaje permanente de sus habitantes, y cómo pueden beneficiarse del mismo.

Introducción

Las maneras tradicionales de enseñar han adquirido mucha más fuerza ante los requerimientos de una formación que permita afrontar la rápida obsolescencia de losconocimientos y la necesidad de garantizar aprendizajes efectivos y relevantes, que aporten al desarrollo de las potencialidades de cada individuo.

La ciudad es el fruto de la creación humana. El espacio urbano es el lugar de aparición y divulgación de nuevas ideas, tecnologías e iniciativas innovadoras. La urbanización es una característica de la civilización contemporánea y el proceso del desarrollo urbano en sí está condicionado por varios factores, entre los cuales se encuentran la globalización y el progreso tecnológico.

Desarrollo

Las grandes ciudades se han convertido en motores de crecimiento e innovación de la globalización. Sin embargo, el crecimiento urbano afronta continuos retos que se han de abordar a través de la política urbana. Por ello, entender los beneficios y costes de las aglomeraciones económicas y su papel en la formación de las ciudades resulta de vital importancia para el diseño de la política urbana

La utilización de la ciudad como un recurso educativo no es un tema nuevo, la ciudad es un marco de relaciones y contactos entre sus habitantes, que permite hablar de un espacio de aprendizaje informal lo cotidiano, vivir en la ciudad y un aprendizaje formal intencionalmente organizado y estructurado que se desarrolla de acuerdo con diferentes programas o proyectos (tanto del gobierno o de la sociedad civil).

El trabajo que se presenta consiste en el desarrollo de estrategias que desde el ámbito educativo (integrando profesores y estudiantes de distintas disciplinas, acerquen al ciudadano a su ciudad, donde estos comprendan la importancia de la valoración cultural, ambiental, artística e histórica de su entorno urbano; a la par que se fomente el respeto hacia todos los ciudadanos y la inclusión en procesos de participación social.

Las ciudades son el cimiento del mundo civilizado. No son solamente el resultado de trabajo del hombre, fruto de una extraordinaria cooperación entre personas, sino también el lugar de concentración de actividades, incubadoras de nuevas ideas y fuerza propulsora del crecimiento económico.

El proceso de urbanización es un rasgo de la civilización contemporánea. Su transcurso y carácter están ligados estrechamente con la globalización y el avance tecnológico.

El capital social, el conocimiento y las tecnologías avanzadas que permiten ahorrar tiempo y energía, se incluyen cada vez con más frecuencia, entre los factores más importantes que sostienen el desarrollo de centros urbanos.

Las comunidades de aprendizaje tienen una notable trayectoria en nuestro Sistema Educativo. Son un proyecto global de transformación educativa y social que implica e impacta en muchos agentes, sistemas y procesos sociales. Son herramientas sustanciales que han contribuido a hacer realidad el concepto de Ciudad Educadora.

Las ciudades educadoras tienen voluntad de incidir en la educación de las personas y por su parte, las Comunidades de Aprendizaje son escuelas inclusivas que permiten la transformación social y educativa a través de las interacciones y la participación de todas las personas que forman parte de la Comunidad educativa. Hay entonces un eje común entre los dos modelos: el voluntariado educativo. Este voluntariado se utiliza como facilitador de la vinculación de la escuela con la comunidad a la que ésta pertenece, pudiendo ser la comunidad tan extensa como voluntariado quiera participar en ella.        

El aprendizaje a lo largo de toda la vida sienta las bases para el desarrollo social, económico y ambiental sostenible. La idea del aprendizaje durante toda la vida está profundamente arraigada en todas las culturas.

Sin embargo, cada vez es más relevante en el mundo rápidamente cambiante de hoy, donde constantemente se están redefiniendo las normas sociales, económicas y políticas. Los estudios han demostrado que los educandos a lo largo de toda la vida - los ciudadanos que adquieren nuevos conocimientos, habilidades y actitudes en una amplia gama de contextos - están mejor equipados para adaptarse a los cambios en sus entornos. Por lo tanto, el aprendizaje a lo largo de toda la vida y la sociedad del conocimiento, tienen que desempeñar un papel crucial en el empoderamiento de los ciudadanos y efectuar una transición hacia sociedades sostenibles. Mientras que los gobiernos nacionales son responsables en gran parte de la creación de estrategias para la creación de sociedades del aprendizaje, un cambio duradero requiere un compromiso a nivel local. Una sociedad del aprendizaje debe crearse provincia por provincia, ciudad por ciudad, y comunidad por comunidad.

Conclusión

Educar ha sido un reto que el ser humano, y a veces, sin saber cómo, el individuo ha ido humanizándose y adquiriendo bienestar gracias al proceso de socialización y a su capacidad de aprender y aprenderse.

Actualmente, esta ansia educativa nos ha llevado a concluir que son todos nuestros entornos educativos - el formal, informal y no formal – los que contribuyen a nuestro enriquecimiento personal, académico y cultural. Por tanto, no solo la escuela, sino también las familias y los paisajes ciudadanos son los que contribuyen a hacernos educados y, por ende, felices y libres.

Nuestros entornos contribuyen a encaminar nuestra vida y son determinantes. Así pues, el avance hacia ciudades cada vez más educadoras, es decir, más igualitarias, solidarias, pacíficas, inclusivas y participativas.  

Referencias

https://avances.adide.org/index.php/ase/article/view/612/505  

https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000373632_spa 

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